¿Qué sentido tiene ahora este empeño?
¿Dónde hallaré, a estas alturas, recompensa
si me resisto al cálido abrazo de Morfeo
con tal de demorar aún más lo inevitable,
permitiendo a Nicte escarbar en las heridas?
Dudo que haya belleza tal en mi tintero
capaz de sostener
el peso arquitectónico de estos párpados.
Dudo que conserve en mis grutas
un filón de esperanza
capaz de iluminar esta cerrada tiniebla.
En la mullida yacija de la amnesia temporal
quiero sucumbir al abrazo del hijo de la Noche
y deambular de su mano sus dominios,
trocando mis llagas por secretos celestes
a pesar de la airada justicia de los dioses.
¿Dónde hallaré, a estas alturas, recompensa
si me resisto al cálido abrazo de Morfeo
con tal de demorar aún más lo inevitable,
permitiendo a Nicte escarbar en las heridas?
Dudo que haya belleza tal en mi tintero
capaz de sostener
el peso arquitectónico de estos párpados.
Dudo que conserve en mis grutas
un filón de esperanza
capaz de iluminar esta cerrada tiniebla.
En la mullida yacija de la amnesia temporal
quiero sucumbir al abrazo del hijo de la Noche
y deambular de su mano sus dominios,
trocando mis llagas por secretos celestes
a pesar de la airada justicia de los dioses.
Orfeo, hijo de Nicte (la Noche), es uno de los más famosos dioses del panteón griego. Dotado de silenciosas alas, Orfeo era capaz de volar a cualquier rincón del mundo rápidamente. Tenía la facultad de inducir los sueños, en los que adoptaba apariencia humana (especialmente la de los seres queridos), permitiendo a los hombres huir temporalmente de las maquinaciones de los dioses. Zeus lo fulminará por haber revelado secretos a los mortales.
Que surpresa Auxi! É sempre muito bom receber tua visita...também estava a dever-te a minha. E assim me deparo com teu "por qué escribir"...e contemplo na tua escrita o que a palavra encerra de metafísico, de silêncio e de desejo de saber...é sempre uma alegria!
ResponderEliminarAbraço!
Hola, Mauro. Me alegra leerte.
ResponderEliminarVeo como destilas el lado espiritual de las cosas. Es un don que excasea en este mundo cada vez más materialista, más físico.
Hablas de algunos de los temas recurrentes en mi poesía: el silencio, la palabra, la oposición entre lo espiritual y lo material... (También me obsesiona, el tiempo, aunque ese es otro tema)
Además, me sorprende como mencionas el "deso de saber". Y es que es erdaderamente es esa frase la que describiría mi conducta diaria. No en vano, siempre me describí como la eterna aprendiz...
Creo que me atemoriza un poco que pueda desnudarme tanto a través de un poema...
Un abrazo, Mauro
Hola Auxi, hacía tiempo que no me pasaba por aqui. :)
ResponderEliminarveo que sigues tan inspirada como siempre, aunque a veces lo dudes