Hay poemas que cobran vida,
líneas que se arrastran como serpientes
azuzadas por un dios incorregible y cruento
que no se compadece, que no mide,
que guarda en su rediles submarinos a cien Caribeas y Porces
que dormitan en las llanuras abisales del alma
esperando el correspondiente festín.
líneas que se arrastran como serpientes
azuzadas por un dios incorregible y cruento
que no se compadece, que no mide,
que guarda en su rediles submarinos a cien Caribeas y Porces
que dormitan en las llanuras abisales del alma
esperando el correspondiente festín.
Laoconte, sacerdote de Apolo, desconfía de los griegos y recomienda a los troyanos no albergar el caballo de madera en la ciudad, pues teme alguna treta. Entonces Neptuno, uno de los dioses que más ha castigado a Troya, envía dos serpientes (llamadas Caribea y Porce) que atacan a los dos hijos de Laoconte, quien acude para auxiliarlos, aunque todo en vano, pues los tres fallecen ahogados por los reptiles. Los troyanos interpretarían lo acontecido como una señal divina de que Laoconte estaba equivocado y decidirían aceptar el "regalo" de los griegos.
Comentarios
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Te doy la bienvenida a mis mares.
Muchas gracias por verter en ellos tus palabras.