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Mostrando entradas de octubre, 2006

Por qué escribir

¿Qué sentido tiene ahora este empeño? ¿Dónde hallaré, a estas alturas, recompensa si me resisto al cálido abrazo de Morfeo con tal de demorar aún más lo inevitable, permitiendo a Nicte escarbar en las heridas? Dudo que haya belleza tal en mi tintero capaz de sostener el peso arquitectónico de estos párpados. Dudo que conserve en mis grutas un filón de esperanza capaz de iluminar esta cerrada tiniebla. En la mullida yacija de la amnesia temporal quiero sucumbir al abrazo del hijo de la Noche y deambular de su mano sus dominios, trocando mis llagas por secretos celestes a pesar de la airada justicia de los dioses. Orfeo, hijo de Nicte (la Noche), es uno de los más famosos dioses del panteón griego. Dotado de silenciosas alas, Orfeo era capaz de volar a cualquier rincón del mundo rápidamente. Tenía la facultad de inducir los sueños, en los que adoptaba apariencia humana (especialmente la de los seres queridos), permitiendo a los hombres huir temporalmente de las maqui