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Mostrando entradas de agosto, 2006

Agotamiento

Es tal la dimensión de este agotamiento que todo lo ha tornado en indolencia. Con las terminaciones nerviosas abotargadas contemplo el Globo, a través del rosa enmohecido de los cristales. Imagen creada con IA © Escrito el 22 de agosto de 2006

Qué nos queda

¿Qué nos queda si arrojamos por la borda los cofres del tesoro, las tiaras, las perlas, los brillantes, los doblones? ¿Qué nos queda si nos deshacemos del lastre de los cañones, del orondo furor de los proyectiles, de la silbante mordedura de los cuchillos? ¿Qué nos queda si arriamos las banderas y la prohibitiva altura de los muros, de los aranceles, de las alambradas? ¿Que nos queda si osamos a conversar con las estrellas, obviando la presencia de los cartógrafos y de las coloridas esferas cuadriculadas, cuarteadas, etiquetadas, definitivas? Quizá nos quede la tierra, los manzanos, los generosos ríos, los cantarinos arroyos, la silvestre bondad de los dátiles, la fresca sombra de las higueras. Quizá nos quede la palabra, las canciones, la atrevida riqueza del mestizo, la rica herencia del sabio. Quizá nos quede el horizonte, las praderas, los bosques, las olas, los lagos, las riberas, las onduladas colinas, las misteriosas montañas. Quizá nos qued

Qué frivolidad

Esta noche quisiera relentizar el tiempo, sólo un poco, sólo en la medida de lo posible. Sentarme en la terraza, en camisón, a bañarme en la fresca tregua nocturna mientras desuello y paladeo una pieza de fruta o, por qué no, me regodeo en una generosa porción de buen chocolate negro. Podría recrearme en tal medida, que sería capaz de enumerar cada uno de mis gestos e ilustrar cada olor, cada sabor, cada sonido con una fidelidad tal que me permitiría poner en tu boca cada uno de mis mordiscos. Te imagino desgranando el texto, con los ojos abiertos como platos y la boca acuosa, en perfecta comunión, rescatando mi experiencia hasta adueñarte de ella. Luego, cuando al fin termines tu lectura, la paladearás, como si ciertamente se tratara de un bocado comestible, y te sentirás capacitado para expornerme tu opinión, para confeccionar tu crítica. El reloj avanza lentamente; ahora podemos hablar de arte sin miedo. Qué frivolidad. Allá fuera, el mundo sigue girando, con sus guerras, su