Hola, navegantes. Sed bienvenidos a mis playas . Acomodaos, por favor. Podeis quedaos cuanto os plazca. Aquí el aire es cálido, el mar es tibio y bajo las palmeras las suaves hamacas os esperan, mecidas por la fresca mano de la brisa. Mientras sesteais, yo os recitaré algún verso. Y mientras dormís, yo pasearé por las orillas y las simas marinas en busca de nacaradas conchas, en las que oír poemas nuevos mañana. Celebro vuestra visita. Y recordad: no importa si os quedais durante largo tiempo o si os poneis en marcha prontamente, si reincidís o si no volveis jamás... dejad constancia de vuestro paso ; es todo el pago que os pediré por vuestra estancia. Imagen creada con IA ©
Textos rescatados de las profundidades oceánicas del alma