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Mostrando entradas de septiembre, 2007

Tarde naranja

En este preciso instante contemplo el paisaje urbano. Llueve con fuerza y Júpiter está practicando sus tonantes artes varios metros por encima de nuestros cráneos. Pero lo que ha captado mi atención esta vez no ha sido la lluvia. Hay una extraña luz que ha inundado la calle con un vívido color naranja. No es más que el resultado de aunar la luminosidad del atardecer con las espesas nubes grises que entoldan parte del cielo. Sin embargo, hay algo mágico en el aire... Así que creo que saldré a la acera para apreciarlo más de cerca, aun a riesgo de mojarme los pies, calzados todavía en una sandalias de verano... Imagen creada con IA ©

Bulle en mí

Bulle en mí la poesía, magmática riada que lame y corroe las desgastadas cárcavas del torrente sanguíneo, incandescente mordedura que me desgarra el organismo hasta alcanzar las recónditas profundidades del alma, donde rueda por los taludes, encendida y caliente, como una estrella fugaz, que, por un breve espacio de tiempo, me rescata de la oscuridad al tiempo que escalda las carnes. Imagen creada con IA ©

Queridos amigos

Me conmueve saber que tengo a unas cuantas almas ratoneando de vez en cuando por estos lares. A veces, cuando me vuelvo un poco loca (porque a veces me pasa que me vuelvo un poco loca) y me siento perdida intentando hallar un sentido a todo esto (llamadlo vida, valle de lágrimas, camino o como sea), os pienso, sí. Pienso en los que venís a visitarme a este pedacito de ciberespacio, al que imagino como un pasillo que distribuye todos esos senderos, los muchísimos senderos que se internan en el alma y en los paisajes cardiacos en los que habito. Os imagino correteando por esos territorios recónditos y me ilusiono comprobando como vuestras voces, vuestros pasos, vuestras risas disipan ese eco a vacío que antes reinaba en estos parajes. Ya no soy aquella ermitaña que pintaba poemas en las paredes de las grutas y los contemplaba sumida en esa soledad propia de los poemas que no se han escrito. Hoy me comparto. Y ese lujo que vosotros me otorgasteis logra justificarme en muchos sentid

Sombra afilada

[ ♬ ] Hay una afilada sombra en el horizonte que me hiende la mirada. Silente, solapada, cierta, descarga contra la córnea, rampante ariete, y se abre paso devastando los senderos con su inhóspita presencia, envolviéndolo todo en la agria y cadavérica oscuridad que me amortaja. Imagen creada con IA ©

Besos de cocodrilo

Besos de cocodrilo son y fueron siempre tus besos. Fríos como el hidrógeno. Fríos como nieve y hielo. Fríos como es la noche. Fríos como el silencio. Fríos como el vil plástico. Fríos como es el cielo cada vez que te distancias y tus besos están lejos. Imagen creada con IA © Publicado en el blog de Arriconados

De una pieza

Francamente, me dejaste de una pieza después de aquella afirmación devastadora , culpable de mi actual y pétreo estado. No en vano, desde ese preciso instante, tu papel en mi vida empezó a recordarme la fea y parásita presencia del cuco en el nido de las alondras . Debe ser que tienes el alma fría como los azulejos del baño. De otra manera no entiendo esta fea costumbre tuya de pasar, de tanto en tanto, mi tierno corazón por las cuchillas de la batidora . Palabras: alondra, azulejo, batidora, después, devastadora, papel, pétreo. Imagen creada con IA © Publicado en el blog de Arrinconados .

Simulacro

[ ♬ ] Hagamos como si Otelo nunca hubiese dado crédito a Yago. Finjamos que Casandra jamás sintió la necesidad de saciar su sed. Actuemos como si pudiésemos premiar al señor Quijano con unas merecidas vacaciones. Imaginemos que la cerillera esta noche tendrá una hoguera junto a la que dormir. Callejeemos por un mundo justo, hospitalario y rosa. Tú sólo enciende la televisión y apaga el mundo. Imagen creada con IA ©