Estamos en casa de Nieves , alrededor de la chimenea, compartiendo cuentos de Navidad. Pásate por allí, si quieres conocer más historias. Mientras la cafetera hacía su trabajo, la anciana abandonó la cocina y los observó en la distancia, secretamente. Allí estaban todos, armando un ruido monumental alrededor del abeto de plástico, parloteando, riendo como niños, montando y desmontando artilugios entre crujientes papeles de colores. La anciana sonrió. Sus Majestades habían sido generosos con ella un invierno más y le habían dejado bajo el árbol ese regalo que hacía años venía solicitándoles de forma incansable: disfrutar una vez más esos dos breves minutos en los que aguardaba el gorgoteo de la vieja cafetera italiana al tiempo que contemplaba la ufana inocencia que atesoran aquellos que, sin saberlo, aún conservan casi intacta la magia de la vida. Imagen creada con IA ©
Textos rescatados de las profundidades oceánicas del alma