Ya me cansé de vadear la existencia con los pies llenos de barro. Hoy quiero volar, partir hacia ese lugar donde las cosas son etéreas y las noches amables y hospitalarias, escalar con Ícaro todos los azules, lejos del sórdido fango del que el hombre está hecho, y bucear en el fluido amniótico, profundo y estrellado, como hice ya una vez, cuando también yo era una estrella. Alados ángeles yo os invoco, pues ya sólo pienso en regresar a casa. Liberadme del lastre de los pasos y, envuelta en un blando aleteo, llevadme lejos de los fantasmas y de las implacables y voraces musas. Texto con todos los derechos reservados ©
Textos rescatados de las profundidades oceánicas del alma