¿Quién eres?
A través del hialino cristal
me observas con fijeza,
como un viejo conocido
en espera de un saludo,
mientras que en cambio yo
me pregunto con desconcierto
dónde demonios te he visto antes.
No reconozco la decrepitud de esa mirada,
ni la opacidad de esa expresión,
momificada en un ceñudo rictus
huérfano de sonrisa.
Miras al infinito,
pero a un infinito hiriente,
ensombrecido por el paso del tiempo,
por los varapalos, los desaciertos, las decepciones.
Sin embargo,
a pesar de la dureza de tu semblante,
tu fisonomía no deja de parecerme cercana,
por lo que no puedo evitar preguntarme
quién puedes ser tú
que tan familiar me resultas.
A través del hialino cristal
me observas con fijeza,
como un viejo conocido
en espera de un saludo,
mientras que en cambio yo
me pregunto con desconcierto
dónde demonios te he visto antes.
No reconozco la decrepitud de esa mirada,
ni la opacidad de esa expresión,
momificada en un ceñudo rictus
huérfano de sonrisa.
Miras al infinito,
pero a un infinito hiriente,
ensombrecido por el paso del tiempo,
por los varapalos, los desaciertos, las decepciones.
Sin embargo,
a pesar de la dureza de tu semblante,
tu fisonomía no deja de parecerme cercana,
por lo que no puedo evitar preguntarme
quién puedes ser tú
que tan familiar me resultas.
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Imagen creada con IA © |
Lo escribí el 24 de noviembre de 2006
Comentarios
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Te doy la bienvenida a mis mares.
Muchas gracias por verter en ellos tus palabras.