Tú, que festejas la benevolencia
de un dios que te colmó de bienaventuranza
y puso a tus pies
un camino llano y despejado.
La vida te vistió de púrpuras,
te ungió con oro,
y te mostró el sendero hasta la piedra filosofal
y la pócima de la eterna juventud.
Casi divino. Casi perfecto.
Habitante de las más inaccesibles cimas.
Sorbiste la ambrosía en las fuentes del Olimpo
mientras que oteaste de soslayo
el sórdido y mugriento engranaje
que hace girar el mundo de los ricos.
Allí adquiriste esa gran rueda
que alargas día a día
a golpe de billetero
con la esperanza de impedir
que ésta gire del todo.
No te das cuenta de que,
como un ratón enjaulado,
toda tu felicidad se limita
a dar vueltas dentro de ella.
de un dios que te colmó de bienaventuranza
y puso a tus pies
un camino llano y despejado.
La vida te vistió de púrpuras,
te ungió con oro,
y te mostró el sendero hasta la piedra filosofal
y la pócima de la eterna juventud.
Casi divino. Casi perfecto.
Habitante de las más inaccesibles cimas.
Sorbiste la ambrosía en las fuentes del Olimpo
mientras que oteaste de soslayo
el sórdido y mugriento engranaje
que hace girar el mundo de los ricos.
Allí adquiriste esa gran rueda
que alargas día a día
a golpe de billetero
con la esperanza de impedir
que ésta gire del todo.
No te das cuenta de que,
como un ratón enjaulado,
toda tu felicidad se limita
a dar vueltas dentro de ella.
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Imagen creada con IA © |
Espero que se te arreglen pronto esos problemas.
ResponderEliminarLas musas volverán, como vuelve inexorable la primavera.
Saludos.