[ ♬ ] Ahora que retomo mis descuidadas lecturas, descubro que tú te vas y que te vas lejos, nada más y nada menos que a encontrarte a ti misma. Arduo viaje es ese. Sabes (y si no lo sabes ahora te lo digo) que yo no sería capaz de pedirte que te quedaras, pero no por orgullo ni por vergüenza, sino porque albergo la firme esperanza de que cada cual posea la suficiente libertad para decidir su propio camino. Sin embargo, sí te diré que te extrañaré mucho en tu ausencia, la cual será larga independientemente del tiempo que dure. También quiero desearte suerte en tu viaje. No te diré que estarás en mis oraciones porque hace muchos años que dejé de orar. Pero sí te diré que tendré para ti buenos deseos todos los días, aunque mis palabras no te lleguen en la distancia. Por último, pero no menos importante, deseo haber llegado a tiempo para disculparme. Para disculparme por mi descuido, por mi ausencia, por ese largo silencio en el que anduve sumida estos meses, por las palabras que n...
Textos rescatados de las profundidades oceánicas del alma