Me quitaría los zapatos, si no me los hubiese quitado hace un buen rato; ya saben que me gusta andar descalza. Sin embargo, el dolor de pies no me ha robado la sonrisa...
Los últimos ecos de la fiesta retumban en la sala...
Tracy y Miguel todavía danzan incansables; me sorprende la dama en cuestión domine la gavota con tanta soltura. Creo que están empeñados en bajarse los últimos de la pista de baile. Sin embargo, Rosa y Mark se muestran contestatarios; tampoco ellos están dispuestos a dar el brazo a torcer. Aún menos Marcel y Rhodea, que mueven el esqueleto haciendo gala de una gran frescura.
Mónica e Isaac debaten en un rincón del bar; conversan sobre las amenazas que nos depara un futuro no tan lejano. Lucía y Rafael, en cambio, conversan sobre el presente. Tere y Juan amenazan con sumarse a la conversación, al igual que Cas y Emile, que se alejan del bullicio charlando animadamente. Por suerte, Eduado y George tienen algunos consejos para darnos; me pregunto cuál de los dos hombres será más sabio.
Carmen y Gabriel han vuelto a la mesa; a estas horas han decidido cambiar la pista de baile por una taza café, pero bien sentados. En cambio *L* y Pedro acaban de pedirse la última; no sé de que hablarán, pero ambos tienen las mejillas encendidas. Unos asientos más allá, Lao y Arturo se han agenciado una botella de ron y parlotean sin descanso; ya me contarán que coño hacen los dos vestidos de piratas.
Censu y Homero juguetean con un smartphone; buscan vuelo para viajar a Troya; sin embargo, están hechos un lío debido al equipaje que deberían preparar y siguen haciendo números con cantidad de maletas; ambos aseguran que el trayecto será largo. Por su parte, Karina ha acabado sentada con Felipe, un paisano mío; me alegra ver que no le intimida su mordacidad.
No muy lejos andan José y Charles y también Charo y Bram; para mi sorpresa, parece que se conocen desde hace tiempo. Diría lo mismo de Gaby y Alejandro o de Natalia y Oscar o de Nieves y Fydor o de Toni, Margaret y Tracy, que se han refugiado lejos de la música con la excusa de un buen libro.
Jime y Jane traman travesuras sentadas a la mesa; hay una cierta comunión entre ambas que no me sorprende. Juan Carlos y Patrick han decidido unírseles, lo mismo que Judith y Michael; se ve que no han podido resistirse a la sanas risas provenientes de aquella mesa.
Leonor y Emily han decidido pasear por el jardín. Se les han unido Dorotea y Rosalía y también Montse y Charlotte. Pasan cerca de Cecy y Katherine, que conversan en el cenador, donde canta el canario y revolotean las mariposas. San y Chordelos las saludan en la leve distancia; fueron los primeros en aventurarse en el relente nocturno y ahora pasean entre los árboles cogidos del brazo.
Ha sido un reto increíble. No ya sólo para la anfitriona, para la que ha sido su bautizo de fuego como tal, sino también para todos sus invitados, que con entereza recogieron el guante que les lanzó.
Mil gracias a todos por acompañarme en esta trepidante aventura en la que nos hemos enmascarado y desenmascarado; en la que nos hemos desesperado y quebrado las neuronas a causa del miedo escénico para, finalmente, reír, sorprendernos, filosofar y bailar hasta la extenuación... No me extraña; así tengo los pies...
Menos mal que la siguiente fiesta no será hasta el próximo jueves 23 de enero, en casa de Jime... ;)
Los últimos ecos de la fiesta retumban en la sala...
Tracy y Miguel todavía danzan incansables; me sorprende la dama en cuestión domine la gavota con tanta soltura. Creo que están empeñados en bajarse los últimos de la pista de baile. Sin embargo, Rosa y Mark se muestran contestatarios; tampoco ellos están dispuestos a dar el brazo a torcer. Aún menos Marcel y Rhodea, que mueven el esqueleto haciendo gala de una gran frescura.
Mónica e Isaac debaten en un rincón del bar; conversan sobre las amenazas que nos depara un futuro no tan lejano. Lucía y Rafael, en cambio, conversan sobre el presente. Tere y Juan amenazan con sumarse a la conversación, al igual que Cas y Emile, que se alejan del bullicio charlando animadamente. Por suerte, Eduado y George tienen algunos consejos para darnos; me pregunto cuál de los dos hombres será más sabio.
Carmen y Gabriel han vuelto a la mesa; a estas horas han decidido cambiar la pista de baile por una taza café, pero bien sentados. En cambio *L* y Pedro acaban de pedirse la última; no sé de que hablarán, pero ambos tienen las mejillas encendidas. Unos asientos más allá, Lao y Arturo se han agenciado una botella de ron y parlotean sin descanso; ya me contarán que coño hacen los dos vestidos de piratas.
Censu y Homero juguetean con un smartphone; buscan vuelo para viajar a Troya; sin embargo, están hechos un lío debido al equipaje que deberían preparar y siguen haciendo números con cantidad de maletas; ambos aseguran que el trayecto será largo. Por su parte, Karina ha acabado sentada con Felipe, un paisano mío; me alegra ver que no le intimida su mordacidad.
No muy lejos andan José y Charles y también Charo y Bram; para mi sorpresa, parece que se conocen desde hace tiempo. Diría lo mismo de Gaby y Alejandro o de Natalia y Oscar o de Nieves y Fydor o de Toni, Margaret y Tracy, que se han refugiado lejos de la música con la excusa de un buen libro.
Jime y Jane traman travesuras sentadas a la mesa; hay una cierta comunión entre ambas que no me sorprende. Juan Carlos y Patrick han decidido unírseles, lo mismo que Judith y Michael; se ve que no han podido resistirse a la sanas risas provenientes de aquella mesa.
Leonor y Emily han decidido pasear por el jardín. Se les han unido Dorotea y Rosalía y también Montse y Charlotte. Pasan cerca de Cecy y Katherine, que conversan en el cenador, donde canta el canario y revolotean las mariposas. San y Chordelos las saludan en la leve distancia; fueron los primeros en aventurarse en el relente nocturno y ahora pasean entre los árboles cogidos del brazo.
Ha sido un reto increíble. No ya sólo para la anfitriona, para la que ha sido su bautizo de fuego como tal, sino también para todos sus invitados, que con entereza recogieron el guante que les lanzó.
Mil gracias a todos por acompañarme en esta trepidante aventura en la que nos hemos enmascarado y desenmascarado; en la que nos hemos desesperado y quebrado las neuronas a causa del miedo escénico para, finalmente, reír, sorprendernos, filosofar y bailar hasta la extenuación... No me extraña; así tengo los pies...
Menos mal que la siguiente fiesta no será hasta el próximo jueves 23 de enero, en casa de Jime... ;)
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Imagen creada con IA © |
Caray Auxi! que fiestón te has mandado, engalanado por tantos invitados de lujo. Luego de leerlos a todos,siento que el pánico escénico quedó tirado en algún rincón, todo fue un disfrute más que un desafío (aunque en mis caso, admito que fue todo eso junto). Fue un gusto acompañarte en este llamado que has hecho, que desde ya te ha salido formidable. Nos seguimos leyendo... el jueves vamos a ver con qué nos sorprende Jime :)
ResponderEliminarBesos al vuelo amiga!
Gaby*
¡Gracias, Gaby! ¡Aunque ha sido costoso, he de decir que lo he disfrutado mucho!
EliminarUn excelente cierre, Auxi!...de lujo, y personalizado!
ResponderEliminarGracias por cada detalle y por la impecable conducción!
Nos vemos entonces en lo de Jime!
=)
¡Gracias, Moni!
EliminarUn lujo de jueves y de fiesta de despedida!!!
ResponderEliminarMe alegra poder haberte acompañado!!
Muchas gracias!!
Un beso y nos vemos en casa de la Loquita!!
¡Gracias, Tere!
EliminarCaray, y dónde estaba yo... preparando el café tras la barra mientras hablaba de tortugas con una amiga?
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ops! XD
EliminarUn broche perfecto para un jueves que fue muy especial. Te felicito por como lo has llevado, el trabajo que te tomaste y lo bien que salió todo. Un gusto enorme haber participado.
ResponderEliminarBesos y buen fin de semana.
¡Aich! ¡Muchas gracias!
EliminarUn baile muy bien orquestado, Auxi. He bailado todos los relatos y tengo que decirte que me han parecido que cada uno tenía su ritmo magistral, de verdad, una convocatoria de las creativas, puedes estar contenta te ha lucido el trabajo enorme y la amabilidad a raudales. Felicitaciones Auxi y a todos y todas las parejas. Besitos contentos.
ResponderEliminar¡Muchas gracias! ¡He disfrutado mucho la fiesta! ¡Como anfitriona y como lectora!
EliminarHa sido un jueves inolvidable, nunca pensé estar mano a mano con Miguel de Cervantes.
ResponderEliminarUn beso y gracias por todo Auxi.
¡Gracias, guapa!
EliminarMuy interesante tu forma de despedir el juego. Nos has tenido en vilo todo el fin de semana,
ResponderEliminarHa sido todo un placer.. amiga Auxi...liadora???
Un abrazo.
¡Jajaja! ¡Gracias, Montse!
EliminarMuy muy bién, me ha encantado leerte. Un placer. Un beso.
ResponderEliminar¡Gracias, Marina!
EliminarQuerida Auxi, no he podido estar presente en los comentarios, pero he disfrutado leyendo algunos relatos y por supuesto, concluyo con alegría absoluta, que tu propuesta fue genial. Agradezco el esmero con que lo encaraste, y te auguro muchos éxitos en nuevas conducciones, luego de este excelente estreno!!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, con sincero cariño
Jo, menos mal que cambiaste Vainis la forma de acceder al blog. Antes no podía y no me enteraba de nada. Te veía en las actulizaciones y ná.
ResponderEliminarMenos mal... fantástica como siempre.
Besitos