Mi huerto huele a fruta ya madurada,
Y huele a jugosos y albos azahares,
A noche de principios de verano,
A promesa cumplida,
A cornucopia.
No en vano,
La epidermis de mi alma
acaricia ya el satén de los sueños.
Y alberga mi paladar toda la lluvia
Y los amables fotones de mi invierno,
Los poemas y trifulcas de las sílfides,
La arcilla, el momento y las estrellas.
Y huele a jugosos y albos azahares,
A noche de principios de verano,
A promesa cumplida,
A cornucopia.
No en vano,
La epidermis de mi alma
acaricia ya el satén de los sueños.
Y alberga mi paladar toda la lluvia
Y los amables fotones de mi invierno,
Los poemas y trifulcas de las sílfides,
La arcilla, el momento y las estrellas.
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Imagen creada con IA © |
.. Hacía tiempo que te esperaba, deseosa de leerte, gracias por tus bellas letras..
ResponderEliminarcaricias para tu alma
Auxi!...tanto tiempo!...hermoso y "jugosos" versos nos regalas, frutales y maduros...con la plenitud de quien se sume lista/o y dispuesta/o a vivir...
ResponderEliminarLa música y la imagen acordes, Klimt, mi preferido.
un abrazo.
Hola, Monic! Qué bien has captado el alma del poema! Y para colmo esa debilidad compartida por Klimt... Si cuando yo digo que tú y yo somos almas gemelas no es por ná ;)
ResponderEliminarHola, Rosa. Como ves, sigo empeñada en encontrar la luz y en cantar a la luz. No es que renuncie al poema curativo, al sanador, al comprometido... Sin embargo, ahora necesito del poema amable y luminoso, del que me ayude a centrarme en las cosas buenas y hospitalarias de la vida.
ResponderEliminarBueno, que me lío... Que muchas gracias, guapa, por tu espera y por tus palabras.
La fruta madura..se saborea porque está en su punto...como tu poema.¡¡Que hermosura!!
ResponderEliminarUn abrazo
Al fin apareces, querida Vainis. Demasiado tiempo y demasiadas preguntas.
ResponderEliminarMe gusta sentirte bien, renacida, acariciando sueños nuevos.
El momento, Vainis, siempre el momento.
Un beso enorme.
Gracias, Ana! Qué bonito!
ResponderEliminarYa ves, Mariam. Al final he descubierto que las trabas muchas veces nos las ponemos nosotros mismos y no la vida. Y ha sido adquirir esa nueva visión de las cosas y, casi mágicamente, los escollos han empezado a desaparecer.
ResponderEliminarAhora me toca descoser mi poesía y confeccionar con ella un nuevo vestido, a la medida de mi nueva forma de mirar. Supongo que estoy en ese proceso de adaptación, pero ya puedo imaginar cómo va a quedarme cuando lo tenga puesto... Y me gusta ;)
Pues, ¡benditos sean los cambios! si nos traen tus palabras todas ellas tan bonitas, evocadoras y profundas. Ojalá sigas percibiendo la luz que necesitas, aunque siga doliendo y alterando la piel, porque así es como nos hacemos más grandes, más fuertes y más sabias. Y tú lo eres, amiga.
ResponderEliminarBesos de cereza, y que pases un día precioso.
Queralt.
Gracias, amiga mía. Y besos grandes para ti también.
ResponderEliminarTu alma es rica, tu lo eres y sabes todo lo que posees...eres afortunada por saberlo, ¿ lo sabías?
ResponderEliminarLos que no sabemos lo que tenemos solo hablamos dando vueltas a lo mismo, hasta nuestros sentimientos son cíclicos...
Un beso
Aire
Gracias, Che, por hacerme sentir tan especial. Un beso y un abrazo, mi querida amiga.
ResponderEliminarQuerida Auxi, ¿todo bien? Mucho silencio en estas Llanuras Abisales...
ResponderEliminarEspero que pases un fin de año espectacularmente maravilloso y que el nuevo te traiga todo lo que necesites y quieras.
Besos de cereza.
Queralt.
Hola, mi querida amiga. Si que está siendo largo el silencio. Mira que me trato de revolverme contra el ruido en el que vivo... Pero no puedo... No escucho a las musas. Sólo escucho ruido, ruido, ruido, ruido... Ando como loca buscando un agujero en el que escribir, un agujero en que nadie me encuentre... ¡Qué difícil puede llegar a ser todo!
ResponderEliminar¿Difícil? ¡Dios mío! A veces, cuesta respirar... duele hasta mirar... y siempre, se lleva el alma encogida por el frío y la nieve...
ResponderEliminarTus Llanuras Abisales son mis Cumbres Borrascosas.
Ánimo, querida amiga, lo importante es hacer el camino sabiendo que movemos los pies e, intentando, tener cuidado para pisar donde queremos.
Mil pétalos de flores silvestres con olor a cima.
Queralt.
Hay, Queralt, vaya comparación! Gracias, cielo!
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