Este jueves vamos de visita turística por los cementerios en compañía de Charo, nuestra anfitriona, y de Mario, ideador de esta deliciosa maldad... Más itinerarios en casa de Charo . La cafetera humeaba sobre el fuego y el olor a pan tostado avanzaba reptando ya por las paredes y el techo de la cocina. Quedaba al menos dos horas para que amaneciese, pero Martino estaba a punto de acabar su día; no en vano, llevaba años distribuyendo su rutina con el paso cambiado, mezclando los días con las noches y el insomnio con las siestas a deshoras. El golpeteo de unos nudillos en la puerta trasera interrumpió sus pesamientos y sus quehaceres. 'Ahí está el pájaro de mal agüero' refunfuñó retirando los manjares de la candela, por temor a que se requemasen a causa de la burocracia. - Buenas noches, Martino -lo saludó el pájaro de mal agüero cuando le abrió la puerta, mientras rebuscaba con ahínco entre el papeleo. - ¿Hay trabajo esta noche? - Siempre hay trabajo por la noche, Mart...
Textos rescatados de las profundidades oceánicas del alma
Cuanto tiempo sin pasar por tu blog.. ya de nuevo en estos quehaceres de lecturas.. me quedo siempre con tus letras..
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos...
Mis mejores deseos apara esta semana..
Debe ser doloroso comprobar que nos hemos engañado tanto con una persona!...más aún si la llegamos a amar...
ResponderEliminarEl tiempo todo lo cura, aunque parezca que no sea posible.
Besos.
Adolfo, eres un cielo. Para mi es todo un honor que vengas por mi casa a decirme cosas tan bonitas, aun más conociendo la exquisitez de tus poemas, que son irreemplazables. Pásame el móvil de tu musa, que la voy a poner en su lugar ;)
ResponderEliminarUn beso grande.
Pues sí, sentirse engañado siempre es doloroso, Mónic. En ese sentido no es difícil identificarse con la protagonista de este microrrelato, porque todos nos hemos sentido engañados alguna vez, ya sea en el terreno amoroso, en el amistoso, en el laboral o en cualquier otro en el que la convivencia sea importante. Unas veces habrá sido culpa del otro, por aparentar algo que no es; otra, culpa de nosotros mismos, por interpretar lo que no es. Pero el caso es que no deja de ser frustrante y doloroso.
ResponderEliminarBesos grandes, mi querida Mónica.
Pues sí, has creado algo tan real que generalmente se transforma en angustia.
ResponderEliminarY bueno, no voy a decir nada de ti y de lo que escribes que ya no sepas.
Es un microrelato triste, pero un pasaje por los que siempre se pasa o se puede pasar.
Por cierto no te lo he dicho, pero has dejado esto precioso. Entre las letras, la música y esa serenidad que transmite el blog, toda una delicia.
Besos
Bueno, de todo se aprende...¿no?
ResponderEliminarme gusta mucho ese cuadro!!!
Un abrazo
Hola, Miguel. Ya ves que he mudado mi residencia bajo las palmeras y sus habitantes alados; pero sin perder de vista la playa ni la gramola, que por la barra lateral anda.
ResponderEliminarPrometo con la mano sobre el poemario de Pedro Salinas que traeré relatos de todos los colores; aunque nunca podré desprenderme del todo de ese poso negro tan intrínseco a mis letras; ya sabes: es mi forma de extraer el veneno... Es como intentar de deshacerme de los adjetivos: una misión imposible...
En fin, que me enredo...
Si en el fondo lo que quiero es darte las gracias, por tus visitas y por tus palabras, tan alentadoras y tan dulces siempre.
Abrazos y besos, mi querido Miguel.
Hola, mi querida, envidiada y admirada Bohe. Sí que sí, tienes razón: de todo se aprende. Gracias a eso no tropezamos más de cuatro veces con la misma piedra y el hecho de compartirnos es más reconfortante, pues es esa empatía lo que nos hace sentir comprendidos y acompañados.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
te entiendo demasiado. Y sabes ?aún a pesar de que soy una adulta y debería haberme acostumbrado ,no puedo hacerlo. Cada vez es como una pequeña herida. Un bs aire
ResponderEliminarVaya! Hasta las heridas pequeñas duelen! Ahí tienes razón! Duelen menos rato, pero duelen!
ResponderEliminarAuxi suelo visitar tu blogs semana a semana..... tus escritos y poemas me encantan y muchas veces refleja lo que estoy viviendo. Duele encontrar de la noche a la mañana a un desconocido a nuestro lado....el ser humano es frágil, pero el tiempo nos ayuda a minimizar heridas y desepciones. Ahora estoy disfrutando de los bellos poemas de Mario Benedetti. Seguiré visitándote y buscando tus poemas, deleitándome con las pinturas y la música......se agradece tu blogs, definitivamente, se agradece
ResponderEliminarMuchas gracias, Perpeca. Tus palabras me animan mucho. Sé lo bonito que es sentirse identificado con otros bloguers. Cuando me encuentro con algún otro poeta que es capaz de describir mis propios sentimientos me hace sentir acompañada. Por eso, gracias por esa comunión. Bienvenida a mi casa. Un abrazo.
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